domingo, 29 de julio de 2018

Cotufa

Cotufa, raíz de la Pataca 
El primer “sitio” que visitamos, para encontrar información sobre la palabra “cotufa”, su origen, su significado, es, por supuesto, el Diccionario de la Real Academia Española; pero no es mucho lo que nos dice la R.A.E.
Pataca

De entrada nos informa que “cotufa” es una palabra de “origen incierto”, que es el tubérculo de la raíz de la pataca, el cual tiene unos tres centímetros de largo y se come cocido.

Además nos dice, en segundo lugar, el “mata burros“de la R.A.E., que “Cotufa” es una golosina, es decir: “Un manjar delicado, generalmente dulce, que sirve más para el gusto que para el sustento” (sic.); que es una  gollería (otra palabreja de origen incierto) lo que significa: “Manjar exquisito y delicado” que en sentido coloquial hace referencia a “Delicadeza, superfluidad” (sic.)
Sólo  en tercer lugar nos dice que “cotufa” es: “Palomita de maíz”.
A continuación, en cuarto lugar, hace mención de la locución verbal coloquial “Pedir cotufas en el golfo” la que hace alusión a “Pedir cosas imposibles.
Lo expuesto en párrafos anteriores elimina de un solo golpe una de nuestra más confiable fuente, lo que nos obliga a recurrir a otros medios, y así encontramos que hay varias versiones:

La más conocida es la que nos dice que el maíz con el cual se elabora la cotufa venía en sacos que tenían la inscripción, en inglés “Corn to fry” (Maíz para freír) que al venezolanizarse dio origen a la palabra “cotufa”.

Otra versión, menos conocida señala la palabra cotufa, como la venezolanización  de la frase francesa “coup du affamé”, que se puede traducir como “Pasapalo” (pero que significa literalmente “Golpe de los Hambrientos”). Si se pronuncia rápidamente, suena sorprendentemente parecido a “Cotufa” (Cu-du-fame).

Era creencia de algunos pobladores americanos, antes de la llegada de Colón, que en el interior de los granos de maíz moraban espíritus apacibles que se enfurecían cuando el cereal se calentaba y escapaban en forma de una pequeña nube de vapor, abandonando los granos, que por efecto del calor se inflaban, dando origen a las cotufas. 


Tomado del blog Padylla.com
Aunque en España, generalmente, se le conoce con el nombre de palomitas de maíz, hay algunas regiones donde, al producto del maíz reventón o palomero, se le llama “Cotufa: En Tomelloso, municipio español, de la provincia de Ciudad Real, Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. En Cuenca municipio español y ciudad, capital de la provincia homónima en Castilla-La Mancha. En Santa Cruz de Tenerife, capital de la provincia homónima de la isla de Tenerife y de la comunidad autónoma de Canarias. En las islas occidentales (Tenerife, La Gomera, La Palma y el Hierro).

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martes, 24 de julio de 2018

Ta’ barato, dame dos


“Ta’ barato, dame dos” es una paremia (probablemente en desuso) que forma parte de los venezolanismos y signa el período comprendido entre los años 1974 y 1979, época de bonanza petrolera, en la que el país Suramericano se conoce como “la Venezuela Saudita” debido al boom petrolero, y en la que los venezolanos de la clase media (y uno que otro de la clase “popular”), que era,  tradicionalmente, consumista viajan frecuentemente por el mundo y en particular a Miami donde, debido al favorable precio del dólar con relación al bolívar, al hacer sus compras decían “Ta’ barato, dame dos”.

En octubre de 1973 se lleva a cabo en Oriente medio la guerra del “Yon Kippur”, en la que se ven involucrados Egipto, Jordania, Irak, Siria e Israel, la misma se produce debido a la ocupación por parte de Israel, en la “Guerra de los seis días” (05/06/1967 – 10/06/1967), de los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental), la Franja de Gaza y la península del Sinaí.

La “Guerra del “Yon Kippur” hace que el barril de crudo, cuyo precio era de 3,56 dólares en el año 1973, suba en el año 1974 a 10,31 dólares, en 1976 a 11,30 dólares y en 1978 a 12,80 dólares.

Discurre el año 1974, y en marzo comienza el primer período de Carlos Andrés Pérez Rodríguez (*27/10/1922  +25/12/2010) en la presidencia de la república (12/03/1974 – 12/03/1979) es en esa etapa de 1974 a 1979  con los precios del barril de petróleo en franco ascenso (1974 a 10,31 dólares, 1976 a 11,30 dólares 1978 a 12,80 dólares) cuando a Venezuela se le llamó “la Venezuela Saudita”, la era del “Ta’ barato dame dos”.

Para finales de la década de los setenta (1.974 – 1979), primer período gubernamental del Presidente Carlos Andrés Pérez, el Valor del bolívar con respecto al dólar fue de 4,30 por dólar; con una bonanza en los precios del barril de petróleo que osciló entre 12  y 32  dólares. 

Un dólar barato a 4,30 bolívares nos permitía comprar afuera a precio regalado, en consecuencia el venezolano exclamaba “Ta’ barato, dame dos”, expresión que popularizó Damacia Lourdes Villegas (*11/12/1920 +16/10/2016) cuyo nombre artístico era Martha Olivo, quien se hizo famosa al interpretar al personaje de "Malula" el cual en sus presentaciones en el programa humorístico “Radio Rochela” preguntaba los precios de los productos en las tiendas de Miami,  y a continuación profería el genial “Ta’ barato, dame dos”.

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domingo, 22 de julio de 2018

Echarle Pichón

No son pocas las personas, que le atribuyen a la expresión “Echarle pichón”, una connotación que la misma no posee, y sin conocer su origen suponen que es, por decir lo menos, procaz, grosera, chabacana y hasta ordinaria, creyendo que hace referencia al órgano genital masculino, relacionándola con otro dicho venezolano, infiriendo (nada más errado), que el mismo está por demás cargado de testosterona, me refiero al popular “echarle bolas”, que muchos piensan alude a los testículos, lo cual, ya lo dije, es incorrecto.

La locución “Echarle pichón”, para un venezolano, se refiere a esforzarse en la consecución de un algo, en el logro de una meta, “Echarle pichón” es empeñarse sin cejar, pero va más allá… Sí, “Echarle pichón” es esforzarse, es empeñarse,  pero dicho esfuerzo, dicho empeño, debe hacerse con entusiasmo, con energía.

En el siglo XIX, Venezuela, como la mayoría de los países, no contaba con el servicio de agua directo a las viviendas (ni en las ciudades y mucho menos en los pueblos), por lo que el agua debía ser conseguida en fuentes públicas a las que  se les conocían con el nombre de “pilas”, en esas “pilas” había bombas manuales de manufactura inglesa, que trabajaban a pistón con el uso de una palanca para extraer agua de pozos, lo que conllevaba un esfuerzo físico.

Las mencionadas bombas de manufactura inglesa tenían, o bien grabada o bien en una placa, la indicación “Push on” que traducida al español significa “empuja”, acción necesaria para obtener el líquido.
El esfuerzo físico realizado sobre la palanca, sumado a las exhortaciones: “Échale pichón” (alteración fonética de “Push on”) dio origen al venezolanismo “Echarle Pichón” el cual, ya lo dije, es esforzarse, es empeñarse,  pero dicho esfuerzo, dicho empeño, debe hacerse con entusiasmo, con energía.

Como colofón y además dato curioso, vale mencionar que el  dos veces Presidente de Venezuela (02/02/1994 – 02/02/1999  y  11/03/1969 – 12/03/ 

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Echarle bolas

Apotegma que significa acometer una tarea, poniendo en su realización, vehemencia, determinación y coraje.

Es “normal”, casi que habitual, vincular el venezolanismo “Echarle bolas” con expresiones pedestres, y así vemos, tanto en las conversaciones corrientes como en las redes sociales, que al hacer uso de la máxima que nos ocupa: “Echarle bolas”, y comentar sobre ella, se da por descontado que la misma tiene un sentido vulgar asociado a los testículos, y por lo tanto a una formidable carga de testosterona… nada más lejano de la realidad, y es que en Venezuela, “Echarle bolas” no es exclusivo del género masculino, (también, y mucho, la mayoría de las veces más que los hombres)  las mujeres le “Echan bolas”, lo propio sucede con los homosexuales, que a pesar de no tener una “abundante” (sarcasmo) carga de testosterona, suelen “Echarle bolas”.

Lo expuesto en el parágrafo anterior nos obliga a buscar otro significado al muy venezolano “Echarle bolas”, sin que el tal “nuevo significado” resulte óbice al concepto vinculado con los testículos y la testosteronas; y lo encontramos (al menos así lo parece) en una revista del Círculo Musical del año 1967 en la que aparece un artículo, dedicado a Caracas al cumplir cuatrocientos años de fundada.

Según nos informa la mencionada revista “Echarle bola” se remonta a los años 40 y 50 épocas en la que la Caracas pueblerina comenzó a “asomarse” al mundo convirtiéndose en una ciudad nueva, moderna, lo que trajo como consecuencia la demolición de casas y edificios, demolición esta que se llevaba a cabo con una grúa de la que pendía una inmensa y pesada bola de hierro.

Como suele suceder, en el mundo entero, presenciar algo tan impactante como la demolición de una construcción produce en el que la contempla una gran atracción, y más si tal demolición se lleva a cabo con la espectacularidad que produce una pesada bola de hierro golpeando a una indefensa construcción, lo que congregaba a muchos espectadores, que al presenciar la obstinación de la “indefensa construcción” a permanecer en pie tras cada golpe, alentaban a los trabajadores vociferando “Echale bola”.

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lunes, 16 de julio de 2018

“Alpargata no es zapato ni que le pongan tacón.”



La alpargata es un calzado típico o tradicional en varias regiones de Venezuela, en particular en la región de los llanos.

Resultado de imagen para folclore venezolanoPor ser sumamente cómodas, livianas y con buen agarre al suelo, las alpargatas, son usadas por muchas personas,  principalmente por obreros, peones y jornaleros, además resulta de uso obligatorio en las exhibiciones propias del folclore venezolano.

La parte inferior o suela de las alpargatas, puede ser de cuero de vaca, o de goma  por lo general de cauchos (neumáticos, llantas), que han sido desechados.

La parte superior de las alpargatas, la “capellada” (parte superior que cubre al empeine y la parte delantera del pie), puede ser de pabilo o pábilo, tela, nylon o cuero; la más común, en Venezuela, es la elaborada en pabilo o pábilo.

Parece ser que la alpargata procede de Egipto (la sandalia egipcia), la cual, con algunas modificaciones hechas por los romanos pasó a ser “pantufla”.

Existen algunos documentos que dan fe de que desde el año 1322 las alpargatas se usaban en Europa, aunque se les conocía con el nombre (catalán) de “espardenyes”, sin embargo existen evidencias de que el uso de alpargatas en América era común ya antes del contacto con Europa.

El apotegma que encabeza este “post” (artículo), “Alpargata no es zapato ni que le pongan tacón.”, hace referencia al hecho de que las alpargatas, al menos las venezolanas, no llevan esa pieza (de mayor o menor altura, unida a la suela del calzado en la parte que corresponde al calcañar), que se conoce con el nombre de “tacón”, es decir: la suela de las alpargatas es plana, sin relieves, por lo que el hecho de ponerle tacones resulta, por decir lo menos, anómalo y por más que se le ponga el mencionado tacón nunca dejarán de ser alpargatas, y mucho menos podrán llegar a ser zapatos, este apotegma tiene el mismo significado del aforismo: “La mona, aunque se vista de seda, mona es y mona se queda”, o lo que es lo mismo:  Las personas tenemos condiciones y/o tendencias inherentes a nuestro genio o carácter que siempre saldrán a relucir, hagamos lo que hagamos… “La cabra siempre tira al monte”.


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