miércoles, 15 de agosto de 2018

Come zamuro y eructa pollo


La sentencia que hoy nos ocupa, vale decir: “Come zamuro y eructa pollo”, es de muy larga data (años 50 y 60), en Venezuela y era muy usada por los, ahora abuelos, integrantes de las clases sociales media y alta.

El zamuro, por su condición de ave carroñera, es un animal con una  deplorable reputación (que desdeña el valor de dicho animal en el equilibrio ecológico), sustentada en el hecho de que su subsistencia se basa en la ingesta de residuos sólidos (Orgánicos e Inorgánicos): basura y animales muertos en estado de putrefacción.

Al Zamuro Negro también se le llama: “Gallinazo” en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; “Gallote” en Panamá; “Black Vulture” en inglés; “Urubu” en Brasil; “Zopilote”, zopilote negro o nopo en diversas partes de México y El Salvador; “Chulo” en Honduras; “Auras” en algunas islas del Mar Caribe; “Jotes” en Argentina y Chile; “Buitre de cabeza negra” en Uruguay; “Cute” o “Chulo” en Honduras; y por supuesto “Zamuro” en Venezuela.

El remoquete “Zamuro”, en Venezuela tiene varias connotaciones que se hacen patentes en los diversos refranes, la mayoría de ellas, por la deplorable reputación antes señalada, peyorativas: “El zamuro danza con la muerte”, “Zamuro cuidando carne”, “Zamuro comiendo alpiste”,  “Zamuro no come hueso porque no carga serrucho”, “Gastar pólvora en zamuro”, “En pico ‘e zamuro”, “Zamuro come bailando”.

Inexplicablemente, toda vez que el zamuro es monógamo (que se aparea con un solo individuo del otro sexo), en Venezuela se le llama “Zamuro” a la persona (hombre o mujer), que trata de birlar la pareja a otro/a: “Fulano(a) le está zamureando la pareja a sutano(a)”.

Comer pollo en la Venezuela de las décadas 50 y 60 no estaba muy al alcance de las clases populares, de hecho la mayor parte del pollo que se consumía era importado, de allí que el comer pollo se consideraba un lujo, al extremo de que cuando alguien estaba haciendo algo agradable se le solía decir: “estás comiendo pollo”.

El aforismo “Come zamuro y eructa pollo” alude a las personas que, sin tener lo que se requiere en una circunstancia determinada, pretenden ser lo que en realidad no son.

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domingo, 12 de agosto de 2018

Mango bajito

En Venezuela cuando algo se puede obtener sin mayor esfuerzo, sea esto lo que sea, solemos decir eso está “mango bajito” y así nos podemos estar refiriendo a una posible relación sentimental, un empleo o la consecución de un objeto.
“Mango bajito” también puede ser usado para calificar a una persona, en cuyo caso diríamos: “Fulano, o fulana, es mango bajito” lo que implicaría que el tal fulano o fulana es una persona fácil de seducir y manipular. Un “mango bajito” es, también, algo que no se debe desaprovechar, es una oportunidad que no se debe dejar pasar.

El árbol del mango, en su estado original, suele alcanzar alturas considerables que pueden estar entre los veinte y los treinta metros, lo que dificulta la obtención de sus frutos, de allí que quienes lo cultivan reduzcan su tamaño a alturas más manejables, como pueden ser diez metros, lo cual logran mediante la aplicación de injertos (que además incrementan la producción), y al llegar los frutos a la sazón, las ramas de los árboles ceden (debido al peso), haciendo mucho más fácil la recolección de los frutos, de donde surge el comentario: “los mangos están bajitos”.
El mango, de origen asiático (India y Birmania), ingresa a América de la mano de los portugueses quienes le dan el nombre de “mango” al corromper su denominación original, que en tamil (idioma de la etnia homónima) es “mankay”

El año 1777, Fermín de Sancinenea, marino de origen vasco nacido en la población de Fuenterrabía, provincia de Guipúzcoa, trae desde Cayena (capital de la Guyana francesa) hasta Angostura (la actual Ciudad Bolívar - Venezuela) la primera semilla de mango.

El mayor productor de mangos, en América del Sur, es Brasil, seguido por Venezuela. El líder de la producción mundial es Asia, seguida de África,

Son varios los refranes venezolanos que incluyen al mango en su contexto, lo cual tiene sentido habida cuenta de la importancia que la mencionada fruta tiene para el nacido en Venezuela; a manera de ejemplo podemos citar: “eso es un arroz con mango”, “Eres más dulce que mango de hilacha”, "mi vida, estás como un mango", “Fulano/fulana está como mango pa’ chúpalo”,  "Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal".

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martes, 7 de agosto de 2018

Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal

El adagio al que hace referencia esta entrada: “Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal” es (o pretende ser), desde todo punto de vista humillante, peyorativo, toda vez que presenta a la fresa como lo “máximo, lo supremo”, en detrimento del mango que es tratado con desdén, con desprecio, siendo minimizado; y el “asunto” se agrava al agregar los ingredientes “Crema” y “sal” aludiendo el primero a lo más distinguido y el segundo a lo ordinario; Y es que en Venezuela las fresas no son comunes, es decir no tanto como los mangos.
 
El cultivo de las fresas se ubica en zonas de clima frío como: Mérida, Táchira, Trujillo, Aragua (Colonia Tovar), y las zonas altas de Miranda y Monagas, al contrario de los mangos que se dan en casi todo el territorio venezolano, de allí que los mangos sean “comunes” y las fresas “selectas”. Comer fresas en Venezuela, y más si son con crema, es un lujo que el venezolano de a pie no se puede dar con frecuencia, en cambio comer mango con sal está más al alcance del bolsillo habida cuenta que los dos ingredientes son de uso común, pero…

¿Quién lo iba a decir? La fresa, (planta de nombre científico “fragaria”, cuyo fruto es su homónimo) es una planta rastrera, lo que no es óbice para que en occidente el mencionado fruto, (a pesar de su origen rastrero) sea considerado la “reina de las frutas de primavera” y no sólo eso sino que su nombre, en la jerga de algunos países latinoamericanos,  se le asigna como sinónimo a personas  que tienen o creen tener dinero y provienen o presumen provenir de familias finas e instruidas, siendo su comportamiento de una petulancia tan extrema que raya en la astracanada, con un inusual y desmesurado comportamiento gestual, además el o la fresa vocaliza de una muy particular manera, y su superficialidad es patente.

Es pertinente acotar que Durante la década de años 70 y a principio de los años 80, se le llamaba fresa a los “conservadores” quienes actuaban de acuerdo con las normas de urbanidad, respetaban las leyes y llevaban una vida “sana” alejada de las drogas; también se les decía “Zanahorias”.

En Venezuela el término “fresa” cuenta con un sinónimo y es la palabra "sifrino". Tanto el “fresa” como el sifrino pueden ser considerados cultores del esnobismo (del inglés “Snob”), debido a que imitan afectadamente las maneras y opiniones de aquellos a quienes consideran  elegantes o refinados.

El refrán que hoy nos ocupa es análogo al que se dice refiriéndose a alguien:
“Fulano come zamuro y eructa pollo ” que no es otra cosa que pretender ser lo que en realidad no se es.


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lunes, 6 de agosto de 2018

Sifrino(a)

A principios de la década de los 80 cinco amigos (Carlos Moreán, Ana Valencia, Pimpi Santiestevan, Gonzalo Veloz y Álvaro Serrano), conforman el grupo "Medioevo" y ponen de moda la palabra “Sifrino(a)” al hacer popular la canción “Laura Pérez La Sifrina de Caurimare”, caracterizada por Kristina Wetter. Tal es la popularidad de la mencionada canción que los helados Tío Rico desarrollan una campaña publicitaria, para su helado “Bombon”, basados en ese tema musical.


En España le llaman “pijo”; en inglés se le conoce como “snob” (Esnob); en México es “fresa”; cheto en Argentina, Paraguay y Uruguay; pipi en Costa Rica; gomelo en Colombia; cuico en Chile; preppie en U.S.A.; caquero en Guatemala; pituco en Perú; jevito en República Dominicana; pelucones en Ecuador; yeyé en Panamá… y en Venezuela… sifrino. Lo que nos hace saber que exquisitos, estirados, pantalleros y creídos los hay en todas partes.
… Pero… ¿Qué es un “sifrino” o una “sifrina”? 

Ante todo es conveniente acotar que el origen del vocablo “sifrino” es incierto, se presume que procede del persa “cifr” cuya traducción al español es cero indicando vacío o nulidad. El término sifrino puede ser usado como sustantivo y como adjetivo, además que este sustantivo/adjetivo, es usualmente adjudicado (aunque no de manera excluyente), a los jóvenes (varones y hembras) ricos y consentidos.

Un sifrino es, por lo general, una persona que cuenta, o pretende contar, con ciertas características físicas, una posición económica holgada (de la cual hace ostentación), y se solaza tratando de manera despectiva a todo aquel que, según su criterio, no se encuentre a su mismo nivel social y/o económico.

El sifrino es exageradamente afectado en su manera de ser y en particular en su forma de hablar, en la que hace uso de frases y vocablos (en especial del inglés), ajenos a su idioma. El sifrino al hablar abre y cierra la boca de una manera muy particular la cual se conoce como “mandibuleo”.

Los sifrinos son presumidos, usan productos de marcas conocidas, si son importados mucho mejor y por supuesto adquiridos en negocios de renombre; su capacidad de adaptación es reducida ante cualquier situación que implique aceptar algo que no sea acorde con la posición que él ocupa (o supone ocupar), en su grupo social.


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