lunes, 10 de septiembre de 2018

“Lo rodaron espicha’o”

Para comprender en toda su extensión el refrán título de este “post” (“Lo rodaron espicha’o”), resulta obligatorio conocer el significado y origen de la palabra “espicha’o, que escrita correctamente sería “espichado(a)”.

El primer “lugar” al que acudimos para buscar dicho vocablo es el diccionario de la RAE (Real Academia Española) y allí encontramos que “espichar” es punzar con un objeto agudo, pero no se queda ahí, va más allá, señalando que en Venezuela dicha palabra es, refiriéndose a un neumático, perder aire a causa de un pinchazo, de allí lo de “Lo rodaron espicha’o”.

También nos dice, la RAE, que espichar viene de “espiche” y que, “espiche”, es una “estaca” pequeña que sirve para cerrar un agujero, como las que se colocan en las cubas o toneles para que no salga el líquido, o en los botes para que no se aneguen o inunden, evitando de esa manera su hundimiento; pero así como sirve para tapar un agujero (por su condición de estaca), también puede producirlo provocando el ya mencionado “pinchazo”, lo que nos retrotrae al ya mencionado “Lo rodaron espicha’o”.

Lo expuesto en el párrafo anterior nos lleva hasta el Principado de Asturias (comunidad autónoma de España, situada al noroeste de ese país), donde durante los meses de enero, febrero y/o marzo se llevaban a cabo “espichas”, es decir reuniones festivas en la que se bebía la sidra que se conservaba en pipas o barricas de madera y se escanciaba quitando la “espicha” (pequeña estaca de madera de forma cónica) que taponaba el orificio evitando el derrame del líquido, pero que al ser retirada permitía fluyese el líquido dejando vacío (espichado), el mencionado tonel.

En tauromaquia Espichar es herir o punzar con un objeto agudo al toro - En Cuba es Adelgazarse o perder peso y volumen - En Canarias es plantar hortalizas o sembrar maíz – También se refiere, en varios países, a morir - En Colombia es algo aplastado, machacado, pisoteado, triturado.


En Venezuela para referirnos a alguien que se ve deslucido, estropeado, gastado, ajado, demacrado, acabado, anciano, añoso, deteriorado, envejecido, que representa más edad de la que en realidad tiene decimos: A fulano “Lo rodaron espicha’o”
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sábado, 8 de septiembre de 2018

“¿Vas a seguir Abigail?”



A finales de la década de los años ochenta (1 de diciembre de 1988), Radio Caracas Televisión (R.C.T.V.) lanza al aire la telenovela venezolana “Abigail”,  protagonizada por la actriz Catherine Fullop y el actor Fernando Carrillo.
Catherine Fullop (2018)

La trama de la telenovela gira en torno a Abigail (Catherine Fullop), una agraciada, y revoltosa joven estudiante, hija de un rico empresario, que se enamora del profesor Carlos Alfredo (Fernando Carrillo), el cual le dicta clases de literatura.

Después de varios escarceos Abigail alcanza su cometido y Carlos Alfredo cae rendido ante la fogosa joven; de esta unión nace Cheito (Manuel Carrillo), el cual, en un momento de locura, Abigail se lo entrega a una taxista.
Fernando Carrillo (2018)

 Cuando. Al fin, logra recuperar la cordura, Abigail, se empeña en una dura lucha por recuperar al hijo perdido, además de enfrentarse a las gemelas María Clara y María Begoña (Hilda Abrahamz) por el amor de Carlos Alfredo.

Cheito aparece, por fin, cuando entra a robar, por necesidad, en la casa de Abigail, por lo que madre e hijo se encuentran; lo que sumado a que Abigail y Carlos Alfredo logran concretar su unión proporcionan un final feliz a la enrevesada trama de la telenovela.

“Abigail” se transmitió en el año 1992 en España captando una audiencia vespertina de dos millones y medio de telespectadores, siendo uno de los programas con más audiencia en la televisión española de principios de los 90.

Parecido éxito tuvo en Chile (TVN), Colombia (Canal A), Perú (Andina de Televisión), Ecuador (RedTeleSistema), Italia (Rete cuatro), Argentina (Telefe), Paraguay (SNT), El Salvador (Canal 6), Costa Rica (Teletica), Estados Unidos (Telemundo), Francia (M6).

Radio Caracas Televisión (R.C.T.V.), fue una planta televisora que durante 54 años brindo información y distracción al pueblo venezolano. Dicha planta sale del aire, debido a la negativa del gobierno a la renovación de la concesión, el día 27 de mayo de 2007, dejando sin la mencionada señal a más de 12 millones de seguidores.

Abigail, la telenovela, estuvo tanto tiempo al aire que se hizo fastidiosa, de allí que, los venezolanos, cuando alguien se vuelve repetitivo le decimos: “¿Vas a seguir Abigail?”

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lunes, 3 de septiembre de 2018

“Cada quien hace de su camisa un saco”


Esta añosa máxima, que hoy capta nuestra atención, probablemente tenga su origen en la más antigua locución verbal coloquial: “Hacer de su capa un sayo”; en tal sentido es necesario, para conocer y entender el adagio que en este momento nos ocupa (vale decir): “Cada quien hace de su camisa un saco”, entender y conocer el que “probablemente” sea su predecesor.


Durante la edad media era común el uso del sayo por parte de los nobles, este “sayo” no era otra cosa que una especie de librea o túnica, es decir: una prenda gruesa, relativamente ancha, cuyo largo llegaba hasta las rodillas y que se colocaba debajo de la armadura; con el tiempo se comenzó a usar este vocablo para identificar la vestimenta que usaban los “gañanes” (mozos de labranza), sólo que la usada por los “gañanes” era hecha con materiales de escasa calidad. La voz “sayo” proviene del latín “sagum”, palabra esta de origen celta.

La capa, por su parte, aun cuando era un atuendo usado (en Europa durante la edad media), para protegerse del frío, se consideraba una prenda cuyo uso era privilegio de los aristócratas, de los “nobles”.

Las capas daban fe del nivel social de quien la usaba, siendo que la clase de género, el color del mismo y hasta el tamaño de la capa definían a su portador.

En Venezuela, debido al clima (entre otras cosas), “Hacer de su capa un sayo” devino en “Hacer de su camisa un saco” toda vez que el uso del “sayo” y la “capa”, prendas de uso común en zonas de baja temperatura, no tenía sentido en una región de atmosfera cálida; y es así como vemos que la “capa” se convierte en “camisa”, y el “sayo” pasa a ser “saco”.

Al adagio “Cada quien hace de su camisa un saco” suele agregársele la coletilla: “y se mete en él”, quedando entonces de la manera siguiente: “Cada quien hace de su camisa un saco, y se mete en él”, haciendo alusión a la potestad de hacer lo que se desee, sea esto lo que fuese (haciendo uso del libre albedrío), con lo que es de uno (en particular con su vida), sin estar obligado a dar explicaciones, denegando cualquier posible derecho, que alguien pretendiese tener, a inmiscuirse.

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miércoles, 15 de agosto de 2018

Come zamuro y eructa pollo


La sentencia que hoy nos ocupa, vale decir: “Come zamuro y eructa pollo”, es de muy larga data (años 50 y 60), en Venezuela y era muy usada por los, ahora abuelos, integrantes de las clases sociales media y alta.

El zamuro, por su condición de ave carroñera, es un animal con una  deplorable reputación (que desdeña el valor de dicho animal en el equilibrio ecológico), sustentada en el hecho de que su subsistencia se basa en la ingesta de residuos sólidos (Orgánicos e Inorgánicos): basura y animales muertos en estado de putrefacción.

Al Zamuro Negro también se le llama: “Gallinazo” en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; “Gallote” en Panamá; “Black Vulture” en inglés; “Urubu” en Brasil; “Zopilote”, zopilote negro o nopo en diversas partes de México y El Salvador; “Chulo” en Honduras; “Auras” en algunas islas del Mar Caribe; “Jotes” en Argentina y Chile; “Buitre de cabeza negra” en Uruguay; “Cute” o “Chulo” en Honduras; y por supuesto “Zamuro” en Venezuela.

El remoquete “Zamuro”, en Venezuela tiene varias connotaciones que se hacen patentes en los diversos refranes, la mayoría de ellas, por la deplorable reputación antes señalada, peyorativas: “El zamuro danza con la muerte”, “Zamuro cuidando carne”, “Zamuro comiendo alpiste”,  “Zamuro no come hueso porque no carga serrucho”, “Gastar pólvora en zamuro”, “En pico ‘e zamuro”, “Zamuro come bailando”.

Inexplicablemente, toda vez que el zamuro es monógamo (que se aparea con un solo individuo del otro sexo), en Venezuela se le llama “Zamuro” a la persona (hombre o mujer), que trata de birlar la pareja a otro/a: “Fulano(a) le está zamureando la pareja a sutano(a)”.

Comer pollo en la Venezuela de las décadas 50 y 60 no estaba muy al alcance de las clases populares, de hecho la mayor parte del pollo que se consumía era importado, de allí que el comer pollo se consideraba un lujo, al extremo de que cuando alguien estaba haciendo algo agradable se le solía decir: “estás comiendo pollo”.

El aforismo “Come zamuro y eructa pollo” alude a las personas que, sin tener lo que se requiere en una circunstancia determinada, pretenden ser lo que en realidad no son.

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domingo, 12 de agosto de 2018

Mango bajito

En Venezuela cuando algo se puede obtener sin mayor esfuerzo, sea esto lo que sea, solemos decir eso está “mango bajito” y así nos podemos estar refiriendo a una posible relación sentimental, un empleo o la consecución de un objeto.
“Mango bajito” también puede ser usado para calificar a una persona, en cuyo caso diríamos: “Fulano, o fulana, es mango bajito” lo que implicaría que el tal fulano o fulana es una persona fácil de seducir y manipular. Un “mango bajito” es, también, algo que no se debe desaprovechar, es una oportunidad que no se debe dejar pasar.

El árbol del mango, en su estado original, suele alcanzar alturas considerables que pueden estar entre los veinte y los treinta metros, lo que dificulta la obtención de sus frutos, de allí que quienes lo cultivan reduzcan su tamaño a alturas más manejables, como pueden ser diez metros, lo cual logran mediante la aplicación de injertos (que además incrementan la producción), y al llegar los frutos a la sazón, las ramas de los árboles ceden (debido al peso), haciendo mucho más fácil la recolección de los frutos, de donde surge el comentario: “los mangos están bajitos”.
El mango, de origen asiático (India y Birmania), ingresa a América de la mano de los portugueses quienes le dan el nombre de “mango” al corromper su denominación original, que en tamil (idioma de la etnia homónima) es “mankay”

El año 1777, Fermín de Sancinenea, marino de origen vasco nacido en la población de Fuenterrabía, provincia de Guipúzcoa, trae desde Cayena (capital de la Guyana francesa) hasta Angostura (la actual Ciudad Bolívar - Venezuela) la primera semilla de mango.

El mayor productor de mangos, en América del Sur, es Brasil, seguido por Venezuela. El líder de la producción mundial es Asia, seguida de África,

Son varios los refranes venezolanos que incluyen al mango en su contexto, lo cual tiene sentido habida cuenta de la importancia que la mencionada fruta tiene para el nacido en Venezuela; a manera de ejemplo podemos citar: “eso es un arroz con mango”, “Eres más dulce que mango de hilacha”, "mi vida, estás como un mango", “Fulano/fulana está como mango pa’ chúpalo”,  "Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal".

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martes, 7 de agosto de 2018

Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal

El adagio al que hace referencia esta entrada: “Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal” es (o pretende ser), desde todo punto de vista humillante, peyorativo, toda vez que presenta a la fresa como lo “máximo, lo supremo”, en detrimento del mango que es tratado con desdén, con desprecio, siendo minimizado; y el “asunto” se agrava al agregar los ingredientes “Crema” y “sal” aludiendo el primero a lo más distinguido y el segundo a lo ordinario; Y es que en Venezuela las fresas no son comunes, es decir no tanto como los mangos.
 
El cultivo de las fresas se ubica en zonas de clima frío como: Mérida, Táchira, Trujillo, Aragua (Colonia Tovar), y las zonas altas de Miranda y Monagas, al contrario de los mangos que se dan en casi todo el territorio venezolano, de allí que los mangos sean “comunes” y las fresas “selectas”. Comer fresas en Venezuela, y más si son con crema, es un lujo que el venezolano de a pie no se puede dar con frecuencia, en cambio comer mango con sal está más al alcance del bolsillo habida cuenta que los dos ingredientes son de uso común, pero…

¿Quién lo iba a decir? La fresa, (planta de nombre científico “fragaria”, cuyo fruto es su homónimo) es una planta rastrera, lo que no es óbice para que en occidente el mencionado fruto, (a pesar de su origen rastrero) sea considerado la “reina de las frutas de primavera” y no sólo eso sino que su nombre, en la jerga de algunos países latinoamericanos,  se le asigna como sinónimo a personas  que tienen o creen tener dinero y provienen o presumen provenir de familias finas e instruidas, siendo su comportamiento de una petulancia tan extrema que raya en la astracanada, con un inusual y desmesurado comportamiento gestual, además el o la fresa vocaliza de una muy particular manera, y su superficialidad es patente.

Es pertinente acotar que Durante la década de años 70 y a principio de los años 80, se le llamaba fresa a los “conservadores” quienes actuaban de acuerdo con las normas de urbanidad, respetaban las leyes y llevaban una vida “sana” alejada de las drogas; también se les decía “Zanahorias”.

En Venezuela el término “fresa” cuenta con un sinónimo y es la palabra "sifrino". Tanto el “fresa” como el sifrino pueden ser considerados cultores del esnobismo (del inglés “Snob”), debido a que imitan afectadamente las maneras y opiniones de aquellos a quienes consideran  elegantes o refinados.

El refrán que hoy nos ocupa es análogo al que se dice refiriéndose a alguien:
“Fulano come zamuro y eructa pollo ” que no es otra cosa que pretender ser lo que en realidad no se es.


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lunes, 6 de agosto de 2018

Sifrino(a)

A principios de la década de los 80 cinco amigos (Carlos Moreán, Ana Valencia, Pimpi Santiestevan, Gonzalo Veloz y Álvaro Serrano), conforman el grupo "Medioevo" y ponen de moda la palabra “Sifrino(a)” al hacer popular la canción “Laura Pérez La Sifrina de Caurimare”, caracterizada por Kristina Wetter. Tal es la popularidad de la mencionada canción que los helados Tío Rico desarrollan una campaña publicitaria, para su helado “Bombon”, basados en ese tema musical.


En España le llaman “pijo”; en inglés se le conoce como “snob” (Esnob); en México es “fresa”; cheto en Argentina, Paraguay y Uruguay; pipi en Costa Rica; gomelo en Colombia; cuico en Chile; preppie en U.S.A.; caquero en Guatemala; pituco en Perú; jevito en República Dominicana; pelucones en Ecuador; yeyé en Panamá… y en Venezuela… sifrino. Lo que nos hace saber que exquisitos, estirados, pantalleros y creídos los hay en todas partes.
… Pero… ¿Qué es un “sifrino” o una “sifrina”? 

Ante todo es conveniente acotar que el origen del vocablo “sifrino” es incierto, se presume que procede del persa “cifr” cuya traducción al español es cero indicando vacío o nulidad. El término sifrino puede ser usado como sustantivo y como adjetivo, además que este sustantivo/adjetivo, es usualmente adjudicado (aunque no de manera excluyente), a los jóvenes (varones y hembras) ricos y consentidos.

Un sifrino es, por lo general, una persona que cuenta, o pretende contar, con ciertas características físicas, una posición económica holgada (de la cual hace ostentación), y se solaza tratando de manera despectiva a todo aquel que, según su criterio, no se encuentre a su mismo nivel social y/o económico.

El sifrino es exageradamente afectado en su manera de ser y en particular en su forma de hablar, en la que hace uso de frases y vocablos (en especial del inglés), ajenos a su idioma. El sifrino al hablar abre y cierra la boca de una manera muy particular la cual se conoce como “mandibuleo”.

Los sifrinos son presumidos, usan productos de marcas conocidas, si son importados mucho mejor y por supuesto adquiridos en negocios de renombre; su capacidad de adaptación es reducida ante cualquier situación que implique aceptar algo que no sea acorde con la posición que él ocupa (o supone ocupar), en su grupo social.


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domingo, 29 de julio de 2018

Cotufa

Cotufa, raíz de la Pataca 
El primer “sitio” que visitamos, para encontrar información sobre la palabra “cotufa”, su origen, su significado, es, por supuesto, el Diccionario de la Real Academia Española; pero no es mucho lo que nos dice la R.A.E.
Pataca

De entrada nos informa que “cotufa” es una palabra de “origen incierto”, que es el tubérculo de la raíz de la pataca, el cual tiene unos tres centímetros de largo y se come cocido.

Además nos dice, en segundo lugar, el “mata burros“de la R.A.E., que “Cotufa” es una golosina, es decir: “Un manjar delicado, generalmente dulce, que sirve más para el gusto que para el sustento” (sic.); que es una  gollería (otra palabreja de origen incierto) lo que significa: “Manjar exquisito y delicado” que en sentido coloquial hace referencia a “Delicadeza, superfluidad” (sic.)
Sólo  en tercer lugar nos dice que “cotufa” es: “Palomita de maíz”.
A continuación, en cuarto lugar, hace mención de la locución verbal coloquial “Pedir cotufas en el golfo” la que hace alusión a “Pedir cosas imposibles.
Lo expuesto en párrafos anteriores elimina de un solo golpe una de nuestra más confiable fuente, lo que nos obliga a recurrir a otros medios, y así encontramos que hay varias versiones:

La más conocida es la que nos dice que el maíz con el cual se elabora la cotufa venía en sacos que tenían la inscripción, en inglés “Corn to fry” (Maíz para freír) que al venezolanizarse dio origen a la palabra “cotufa”.

Otra versión, menos conocida señala la palabra cotufa, como la venezolanización  de la frase francesa “coup du affamé”, que se puede traducir como “Pasapalo” (pero que significa literalmente “Golpe de los Hambrientos”). Si se pronuncia rápidamente, suena sorprendentemente parecido a “Cotufa” (Cu-du-fame).

Era creencia de algunos pobladores americanos, antes de la llegada de Colón, que en el interior de los granos de maíz moraban espíritus apacibles que se enfurecían cuando el cereal se calentaba y escapaban en forma de una pequeña nube de vapor, abandonando los granos, que por efecto del calor se inflaban, dando origen a las cotufas. 


Tomado del blog Padylla.com
Aunque en España, generalmente, se le conoce con el nombre de palomitas de maíz, hay algunas regiones donde, al producto del maíz reventón o palomero, se le llama “Cotufa: En Tomelloso, municipio español, de la provincia de Ciudad Real, Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. En Cuenca municipio español y ciudad, capital de la provincia homónima en Castilla-La Mancha. En Santa Cruz de Tenerife, capital de la provincia homónima de la isla de Tenerife y de la comunidad autónoma de Canarias. En las islas occidentales (Tenerife, La Gomera, La Palma y el Hierro).

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martes, 24 de julio de 2018

Ta’ barato, dame dos


“Ta’ barato, dame dos” es una paremia (probablemente en desuso) que forma parte de los venezolanismos y signa el período comprendido entre los años 1974 y 1979, época de bonanza petrolera, en la que el país Suramericano se conoce como “la Venezuela Saudita” debido al boom petrolero, y en la que los venezolanos de la clase media (y uno que otro de la clase “popular”), que era,  tradicionalmente, consumista viajan frecuentemente por el mundo y en particular a Miami donde, debido al favorable precio del dólar con relación al bolívar, al hacer sus compras decían “Ta’ barato, dame dos”.

En octubre de 1973 se lleva a cabo en Oriente medio la guerra del “Yon Kippur”, en la que se ven involucrados Egipto, Jordania, Irak, Siria e Israel, la misma se produce debido a la ocupación por parte de Israel, en la “Guerra de los seis días” (05/06/1967 – 10/06/1967), de los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental), la Franja de Gaza y la península del Sinaí.

La “Guerra del “Yon Kippur” hace que el barril de crudo, cuyo precio era de 3,56 dólares en el año 1973, suba en el año 1974 a 10,31 dólares, en 1976 a 11,30 dólares y en 1978 a 12,80 dólares.

Discurre el año 1974, y en marzo comienza el primer período de Carlos Andrés Pérez Rodríguez (*27/10/1922  +25/12/2010) en la presidencia de la república (12/03/1974 – 12/03/1979) es en esa etapa de 1974 a 1979  con los precios del barril de petróleo en franco ascenso (1974 a 10,31 dólares, 1976 a 11,30 dólares 1978 a 12,80 dólares) cuando a Venezuela se le llamó “la Venezuela Saudita”, la era del “Ta’ barato dame dos”.

Para finales de la década de los setenta (1.974 – 1979), primer período gubernamental del Presidente Carlos Andrés Pérez, el Valor del bolívar con respecto al dólar fue de 4,30 por dólar; con una bonanza en los precios del barril de petróleo que osciló entre 12  y 32  dólares. 

Un dólar barato a 4,30 bolívares nos permitía comprar afuera a precio regalado, en consecuencia el venezolano exclamaba “Ta’ barato, dame dos”, expresión que popularizó Damacia Lourdes Villegas (*11/12/1920 +16/10/2016) cuyo nombre artístico era Martha Olivo, quien se hizo famosa al interpretar al personaje de "Malula" el cual en sus presentaciones en el programa humorístico “Radio Rochela” preguntaba los precios de los productos en las tiendas de Miami,  y a continuación profería el genial “Ta’ barato, dame dos”.

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domingo, 22 de julio de 2018

Echarle Pichón

No son pocas las personas, que le atribuyen a la expresión “Echarle pichón”, una connotación que la misma no posee, y sin conocer su origen suponen que es, por decir lo menos, procaz, grosera, chabacana y hasta ordinaria, creyendo que hace referencia al órgano genital masculino, relacionándola con otro dicho venezolano, infiriendo (nada más errado), que el mismo está por demás cargado de testosterona, me refiero al popular “echarle bolas”, que muchos piensan alude a los testículos, lo cual, ya lo dije, es incorrecto.

La locución “Echarle pichón”, para un venezolano, se refiere a esforzarse en la consecución de un algo, en el logro de una meta, “Echarle pichón” es empeñarse sin cejar, pero va más allá… Sí, “Echarle pichón” es esforzarse, es empeñarse,  pero dicho esfuerzo, dicho empeño, debe hacerse con entusiasmo, con energía.

En el siglo XIX, Venezuela, como la mayoría de los países, no contaba con el servicio de agua directo a las viviendas (ni en las ciudades y mucho menos en los pueblos), por lo que el agua debía ser conseguida en fuentes públicas a las que  se les conocían con el nombre de “pilas”, en esas “pilas” había bombas manuales de manufactura inglesa, que trabajaban a pistón con el uso de una palanca para extraer agua de pozos, lo que conllevaba un esfuerzo físico.

Las mencionadas bombas de manufactura inglesa tenían, o bien grabada o bien en una placa, la indicación “Push on” que traducida al español significa “empuja”, acción necesaria para obtener el líquido.
El esfuerzo físico realizado sobre la palanca, sumado a las exhortaciones: “Échale pichón” (alteración fonética de “Push on”) dio origen al venezolanismo “Echarle Pichón” el cual, ya lo dije, es esforzarse, es empeñarse,  pero dicho esfuerzo, dicho empeño, debe hacerse con entusiasmo, con energía.

Como colofón y además dato curioso, vale mencionar que el  dos veces Presidente de Venezuela (02/02/1994 – 02/02/1999  y  11/03/1969 – 12/03/ 

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Echarle bolas

Apotegma que significa acometer una tarea, poniendo en su realización, vehemencia, determinación y coraje.

Es “normal”, casi que habitual, vincular el venezolanismo “Echarle bolas” con expresiones pedestres, y así vemos, tanto en las conversaciones corrientes como en las redes sociales, que al hacer uso de la máxima que nos ocupa: “Echarle bolas”, y comentar sobre ella, se da por descontado que la misma tiene un sentido vulgar asociado a los testículos, y por lo tanto a una formidable carga de testosterona… nada más lejano de la realidad, y es que en Venezuela, “Echarle bolas” no es exclusivo del género masculino, (también, y mucho, la mayoría de las veces más que los hombres)  las mujeres le “Echan bolas”, lo propio sucede con los homosexuales, que a pesar de no tener una “abundante” (sarcasmo) carga de testosterona, suelen “Echarle bolas”.

Lo expuesto en el parágrafo anterior nos obliga a buscar otro significado al muy venezolano “Echarle bolas”, sin que el tal “nuevo significado” resulte óbice al concepto vinculado con los testículos y la testosteronas; y lo encontramos (al menos así lo parece) en una revista del Círculo Musical del año 1967 en la que aparece un artículo, dedicado a Caracas al cumplir cuatrocientos años de fundada.

Según nos informa la mencionada revista “Echarle bola” se remonta a los años 40 y 50 épocas en la que la Caracas pueblerina comenzó a “asomarse” al mundo convirtiéndose en una ciudad nueva, moderna, lo que trajo como consecuencia la demolición de casas y edificios, demolición esta que se llevaba a cabo con una grúa de la que pendía una inmensa y pesada bola de hierro.

Como suele suceder, en el mundo entero, presenciar algo tan impactante como la demolición de una construcción produce en el que la contempla una gran atracción, y más si tal demolición se lleva a cabo con la espectacularidad que produce una pesada bola de hierro golpeando a una indefensa construcción, lo que congregaba a muchos espectadores, que al presenciar la obstinación de la “indefensa construcción” a permanecer en pie tras cada golpe, alentaban a los trabajadores vociferando “Echale bola”.

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