Para
comprender en toda su extensión el refrán título de este “post” (“Lo rodaron
espicha’o”), resulta obligatorio conocer el significado y origen de la palabra
“espicha’o, que escrita correctamente sería “espichado(a)”.
El primer
“lugar” al que acudimos para buscar dicho vocablo es el diccionario de la RAE
(Real Academia Española) y allí encontramos que “espichar” es punzar con un
objeto agudo, pero no se queda ahí, va más allá, señalando que en Venezuela
dicha palabra es, refiriéndose a un neumático, perder aire a causa de un
pinchazo, de allí lo de “Lo rodaron espicha’o”.
También nos
dice, la RAE, que espichar viene de “espiche” y que, “espiche”, es una “estaca”
pequeña que sirve para cerrar un agujero, como las que se colocan en las cubas
o toneles para que no salga el líquido, o en los botes para que no se aneguen o
inunden, evitando de esa manera su hundimiento; pero así como sirve para tapar
un agujero (por su condición de estaca), también puede producirlo provocando el
ya mencionado “pinchazo”, lo que nos retrotrae al ya mencionado “Lo rodaron
espicha’o”.
Lo expuesto
en el párrafo anterior nos lleva hasta el Principado de Asturias (comunidad autónoma
de España, situada al noroeste de ese país), donde durante los meses de enero,
febrero y/o marzo se llevaban a cabo “espichas”, es decir reuniones festivas en
la que se bebía la sidra que se conservaba en pipas o barricas de madera y se
escanciaba quitando la “espicha” (pequeña estaca de madera de forma cónica) que
taponaba el orificio evitando el derrame del líquido, pero que al ser retirada
permitía fluyese el líquido dejando vacío (espichado), el mencionado tonel.
En tauromaquia
Espichar es herir o punzar con un objeto agudo al toro - En Cuba es Adelgazarse o perder peso y volumen
- En Canarias es plantar hortalizas o sembrar maíz – También se refiere, en
varios países, a morir - En Colombia es algo aplastado, machacado, pisoteado,
triturado.
En Venezuela
para referirnos a alguien que se ve deslucido, estropeado, gastado, ajado, demacrado,
acabado, anciano, añoso, deteriorado, envejecido, que representa más edad de la
que en realidad tiene decimos: A fulano “Lo rodaron espicha’o”
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus
comentarios en el espacio destinado para tal fin.
Compártelo en tus redes sociales, al hacerlo estarás difundiendo esa
parte de la cultura del pueblo venezolano que son los refranes.
Hazte seguidor de este tu blog y recibirás las nuevas publicaciones.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá
censura de ningún tipo.
A finales de
la década de los años ochenta (1 de diciembre de 1988), Radio Caracas
Televisión (R.C.T.V.) lanza al aire la telenovela venezolana “Abigail”, protagonizada por la actriz Catherine Fullop y
el actor Fernando Carrillo.
Catherine Fullop (2018)
La trama de
la telenovela gira en torno a Abigail (Catherine Fullop), una agraciada, y
revoltosa joven estudiante, hija de un rico empresario, que se enamora del profesor
Carlos Alfredo (Fernando Carrillo), el cual le dicta clases de literatura.
Después de varios
escarceos Abigail alcanza su cometido y Carlos Alfredo cae rendido ante la
fogosa joven; de esta unión nace Cheito (Manuel Carrillo), el cual, en un
momento de locura, Abigail se lo entrega a una taxista.
Fernando Carrillo (2018)
Cuando. Al fin, logra recuperar la cordura,
Abigail, se empeña en una dura lucha por recuperar al hijo perdido, además de enfrentarse
a las gemelas María Clara y María Begoña (Hilda Abrahamz) por el amor de Carlos
Alfredo.
Cheito
aparece, por fin, cuando entra a robar, por necesidad, en la casa de Abigail,
por lo que madre e hijo se encuentran; lo que sumado a que Abigail y Carlos
Alfredo logran concretar su unión proporcionan un final feliz a la enrevesada
trama de la telenovela.
“Abigail” se
transmitió en el año 1992 en España captando una audiencia vespertina de dos
millones y medio de telespectadores, siendo uno de los programas con más
audiencia en la televisión española de principios de los 90.
Parecido
éxito tuvo en Chile (TVN), Colombia (Canal A), Perú (Andina de Televisión), Ecuador
(RedTeleSistema), Italia (Rete cuatro), Argentina (Telefe), Paraguay (SNT), El
Salvador (Canal 6), Costa Rica (Teletica), Estados Unidos (Telemundo), Francia
(M6).
Radio
Caracas Televisión (R.C.T.V.), fue una planta televisora que durante 54 años
brindo información y distracción al pueblo venezolano. Dicha planta sale del
aire, debido a la negativa del gobierno a la renovación de la concesión, el día
27 de mayo de 2007, dejando sin la mencionada señal a más de 12 millones de
seguidores.
Abigail, la
telenovela, estuvo tanto tiempo al aire que se hizo fastidiosa, de allí que,
los venezolanos, cuando alguien se vuelve repetitivo le decimos: “¿Vas a seguir
Abigail?”
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus
comentarios en el espacio destinado para tal fin.
Compártelo en tus redes sociales, al hacerlo estarás difundiendo esa
parte de la cultura del pueblo venezolano que son los refranes.
Hazte seguidor de este tu blog y recibirás las nuevas publicaciones.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá
censura de ningún tipo.
Esta añosa
máxima, que hoy capta nuestra atención, probablemente tenga su origen en la más
antigua locución verbal coloquial: “Hacer de su capa un sayo”; en tal sentido
es necesario, para conocer y entender el adagio que en este momento nos ocupa
(vale decir): “Cada quien hace de su camisa un saco”, entender y conocer el que
“probablemente” sea su predecesor.
Durante la
edad media era común el uso del sayo por parte de los nobles, este “sayo” no
era otra cosa que una especie de librea o túnica, es decir: una prenda gruesa,
relativamente ancha, cuyo largo llegaba hasta las rodillas y que se colocaba
debajo de la armadura; con el tiempo se comenzó a usar este vocablo para
identificar la vestimenta que usaban los “gañanes” (mozos de labranza), sólo
que la usada por los “gañanes” era hecha con materiales de escasa calidad. La voz
“sayo” proviene del latín “sagum”, palabra esta de origen celta.
La capa, por
su parte, aun cuando era un atuendo usado (en Europa durante la edad media),
para protegerse del frío, se consideraba una prenda cuyo uso era privilegio de
los aristócratas, de los “nobles”.
Las capas
daban fe del nivel social de quien la usaba, siendo que la clase de género, el
color del mismo y hasta el tamaño de la capa definían a su portador.
En Venezuela, debido al clima (entre otras
cosas), “Hacer de su capa un sayo” devino en “Hacer de su camisa un saco” toda
vez que el uso del “sayo” y la “capa”, prendas de uso común en zonas de baja
temperatura, no tenía sentido en una región de atmosfera cálida; y es así como
vemos que la “capa” se convierte en “camisa”, y el “sayo” pasa a ser “saco”.
Al adagio “Cada quien hace de su camisa
un saco” suele agregársele la coletilla: “y se mete en él”, quedando entonces
de la manera siguiente: “Cada quien hace de su camisa un saco, y se mete en él”,
haciendo alusión a la potestad de hacer lo que se desee, sea esto lo que fuese (haciendo
uso del libre albedrío), con lo que es de uno (en particular con su vida), sin
estar obligado a dar explicaciones, denegando cualquier posible derecho, que
alguien pretendiese tener, a inmiscuirse.
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo
dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin.
Compártelo en tus redes sociales, al hacerlo
estarás difundiendo esa parte de la cultura del pueblo venezolano que son los
refranes.
Hazte seguidor de este tu blog y recibirás las
nuevas publicaciones.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te
aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
La sentencia que hoy nos ocupa, vale decir: “Come zamuro y
eructa pollo”, es de muy larga data (años 50 y 60), en Venezuela y era muy
usada por los, ahora abuelos, integrantes de las clases sociales media y alta.
El zamuro, por su condición de ave carroñera, es un animal
con una deplorable reputación (que desdeña
el valor de dicho animal en el equilibrio ecológico), sustentada en el hecho de
que su subsistencia se basa en la ingesta de residuos sólidos (Orgánicos e
Inorgánicos): basura y animales muertos en estado de putrefacción.
Al Zamuro Negro
también se le llama: “Gallinazo” en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; “Gallote”
en Panamá; “Black Vulture” en inglés; “Urubu” en Brasil; “Zopilote”, zopilote
negro o nopo en diversas partes de México y El Salvador; “Chulo” en Honduras; “Auras”
en algunas islas del Mar Caribe; “Jotes” en Argentina y Chile; “Buitre de
cabeza negra” en Uruguay; “Cute” o “Chulo” en Honduras; y por supuesto “Zamuro”
en Venezuela.
El remoquete “Zamuro”, en Venezuela
tiene varias connotaciones que se hacen patentes en los diversos refranes, la
mayoría de ellas, por la deplorable reputación antes señalada, peyorativas: “El
zamuro danza con la muerte”, “Zamuro cuidando carne”, “Zamuro comiendo alpiste”,
“Zamuro no come hueso porque no carga
serrucho”, “Gastar pólvora en zamuro”, “En pico ‘e zamuro”, “Zamuro come
bailando”.
Inexplicablemente,
toda vez que el zamuro es monógamo (que se aparea con un solo individuo del
otro sexo), en Venezuela se le llama “Zamuro” a la persona (hombre o mujer), que
trata de birlar la pareja a otro/a: “Fulano(a) le está zamureando la pareja a
sutano(a)”.
Comer pollo en la Venezuela
de las décadas 50 y 60 no estaba muy al alcance de las clases populares, de
hecho la mayor parte del pollo que se consumía era importado, de allí que el
comer pollo se consideraba un lujo, al extremo de que cuando alguien estaba
haciendo algo agradable se le solía decir: “estás comiendo pollo”.
El aforismo “Come
zamuro y eructa pollo” alude a las personas que, sin tener lo que se requiere
en una circunstancia determinada, pretenden ser lo que en realidad no son.
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus
comentarios en el espacio destinado para tal fin.
Compártelo en tus redes sociales, al hacerlo estarás difundiendo esa
parte de la cultura del pueblo venezolano que son los refranes.
Hazte seguidor de este tu blog y recibirás las nuevas publicaciones.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá
censura de ningún tipo.
En Venezuela
cuando algo se puede obtener sin mayor esfuerzo, sea esto lo que sea, solemos
decir eso está “mango bajito” y así nos podemos estar refiriendo a una posible
relación sentimental, un empleo o la consecución de un objeto.
“Mango
bajito” también puede ser usado para calificar a una persona, en cuyo caso
diríamos: “Fulano, o fulana, es mango bajito” lo que implicaría que el tal
fulano o fulana es una persona fácil de seducir y manipular. Un “mango bajito”
es, también, algo que no se debe desaprovechar, es una oportunidad que no se
debe dejar pasar.
El árbol del
mango, en su estado original, suele alcanzar alturas considerables que pueden
estar entre los veinte y los treinta metros, lo que dificulta la obtención de
sus frutos, de allí que quienes lo cultivan reduzcan su tamaño a alturas más
manejables, como pueden ser diez metros, lo cual logran mediante la aplicación
de injertos (que además incrementan la producción), y al llegar los frutos a la
sazón, las ramas de los árboles ceden (debido al peso), haciendo mucho más
fácil la recolección de los frutos, de donde surge el comentario: “los mangos
están bajitos”.
El mango, de
origen asiático (India y Birmania), ingresa a América de la mano de los
portugueses quienes le dan el nombre de “mango” al corromper su denominación
original, que en tamil (idioma de la etnia homónima) es “mankay”
El año 1777,
Fermín de Sancinenea, marino de origen vasco nacido en la población de
Fuenterrabía, provincia de Guipúzcoa, trae desde Cayena (capital de la Guyana
francesa) hasta Angostura (la actual Ciudad Bolívar - Venezuela) la primera
semilla de mango.
El mayor
productor de mangos, en América del Sur, es Brasil, seguido por Venezuela. El
líder de la producción mundial es Asia, seguida de África,
Son varios
los refranes venezolanos que incluyen al mango en su contexto, lo cual tiene
sentido habida cuenta de la importancia que la mencionada fruta tiene para el nacido
en Venezuela; a manera de ejemplo podemos citar: “eso es un arroz con mango”, “Eres
más dulce que mango de hilacha”, "mi vida, estás como un mango", “Fulano/fulana
está como mango pa’ chúpalo”, "Se cree fresa con crema y no llega ni a mango con sal".
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
El adagio al
que hace referencia esta entrada: “Se cree fresa con crema y no llega ni a
mango con sal” es (o pretende ser), desde todo punto de vista humillante,
peyorativo, toda vez que presenta a la fresa como lo “máximo, lo supremo”, en
detrimento del mango que es tratado con desdén, con desprecio, siendo
minimizado; y el “asunto” se agrava al agregar los ingredientes “Crema” y “sal”
aludiendo el primero a lo más distinguido y el segundo a lo ordinario; Y es que
en Venezuela las fresas no son comunes, es decir no tanto como los mangos.
El cultivo de
las fresas se ubica en zonas de clima frío como: Mérida, Táchira, Trujillo,
Aragua (Colonia Tovar), y las zonas altas de Miranda y Monagas, al contrario de
los mangos que se dan en casi todo el territorio venezolano, de allí que los
mangos sean “comunes” y las fresas “selectas”. Comer fresas en Venezuela, y más
si son con crema, es un lujo que el venezolano de a pie no se puede dar con
frecuencia, en cambio comer mango con sal está más al alcance del bolsillo
habida cuenta que los dos ingredientes son de uso común, pero…
¿Quién lo
iba a decir? La fresa, (planta de nombre científico “fragaria”, cuyo fruto es
su homónimo) es una planta rastrera, lo que no es óbice para que en occidente
el mencionado fruto, (a pesar de su origen rastrero) sea considerado la “reina
de las frutas de primavera” y no sólo eso sino que su nombre, en la jerga de
algunos países latinoamericanos,se le
asigna como sinónimo a personasque
tienen o creen tener dinero y provienen o presumen provenir de familias finas e
instruidas, siendo su comportamiento de una petulancia tan extrema que raya en
la astracanada, con un inusual y desmesurado comportamiento gestual, además el
o la fresa vocaliza de una muy particular manera, y su superficialidad es
patente.
Es
pertinente acotar que Durante la década de años 70 y a principio de los años 80,
se le llamaba fresa a los “conservadores” quienes actuaban de acuerdo con las
normas de urbanidad, respetaban las leyes y llevaban una vida “sana” alejada de
las drogas; también se les decía “Zanahorias”.
En Venezuela
el término “fresa” cuenta con un sinónimo y es la palabra "sifrino". Tanto el
“fresa” como el sifrino pueden ser considerados cultores del esnobismo (del
inglés “Snob”), debido a que imitan afectadamente las maneras y opiniones de
aquellos a quienes consideranelegantes
o refinados.
El refrán
que hoy nos ocupa es análogo al que se dice refiriéndose a alguien: “Fulano come
zamuro y eructa pollo” que no es otra cosa que pretender ser lo que en
realidad no se es.
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
A principios de la década de los 80 cinco amigos (Carlos Moreán, Ana Valencia, Pimpi Santiestevan, Gonzalo
Veloz y Álvaro Serrano), conforman el grupo "Medioevo" y ponen de moda la palabra “Sifrino(a)” al hacer popular la canción “Laura Pérez La Sifrina de Caurimare”, caracterizada por Kristina Wetter. Tal es la popularidad de la mencionada canción que los
helados Tío Rico desarrollan una campaña publicitaria, para su helado “Bombon”, basados en ese tema musical.
En España le llaman “pijo”; en inglés
se le conoce como “snob” (Esnob); en México es “fresa”; cheto en Argentina,
Paraguay y Uruguay; pipi en Costa Rica; gomelo en Colombia; cuico en Chile;
preppie en U.S.A.; caquero en Guatemala; pituco en Perú; jevito en República
Dominicana; pelucones en Ecuador; yeyé en Panamá… y en Venezuela… sifrino. Lo que
nos hace saber que exquisitos, estirados, pantalleros y creídos los hay en
todas partes.
… Pero… ¿Qué es un “sifrino” o una
“sifrina”? …
Ante todo es
conveniente acotar que el origen del vocablo “sifrino” es incierto, se presume
que procede del persa “cifr” cuya traducción al español es cero indicando vacío
o nulidad. El término sifrino puede ser usado como sustantivo y como adjetivo,
además que este sustantivo/adjetivo, es usualmente adjudicado (aunque no de
manera excluyente), a los jóvenes (varones y hembras) ricos y consentidos.
Un sifrino
es, por lo general, una persona que cuenta, o pretende contar, con ciertas
características físicas, una posición económica holgada (de la cual hace
ostentación), y se solaza tratando de manera despectiva a todo aquel que, según
su criterio, no se encuentre a su mismo nivel social y/o económico.
El sifrino
es exageradamente afectado en su manera de ser y en particular en su forma de
hablar, en la que hace uso de frases y vocablos (en especial del inglés),
ajenos a su idioma. El sifrino al hablar abre y cierra la boca de una manera
muy particular la cual se conoce como “mandibuleo”.
Los sifrinos
son presumidos, usan productos de marcas conocidas, si son importados mucho
mejor y por supuesto adquiridos en negocios de renombre; su capacidad de
adaptación es reducida ante cualquier situación que implique aceptar algo que
no sea acorde con la posición que él ocupa (o supone ocupar), en su grupo social.
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
El primer
“sitio” que visitamos, para encontrar información sobre la palabra “cotufa”, su
origen, su significado, es, por supuesto, el Diccionario de la Real Academia
Española; pero no es mucho lo que nos dice la R.A.E.
Pataca
De entrada
nos informa que “cotufa” es una palabra de “origen incierto”, que es el
tubérculo de la raíz de la pataca, el cual tiene unos tres centímetros de largo
y se come cocido.
Además nos
dice, en segundo lugar, el “mata burros“de la R.A.E., que “Cotufa” es una golosina,
es decir: “Un manjar delicado, generalmente dulce, que sirve más para el gusto
que para el sustento” (sic.); que es una gollería (otra palabreja de
origen incierto) lo que significa: “Manjar exquisito y delicado” que en sentido
coloquial hace referencia a “Delicadeza, superfluidad” (sic.)
Sólo en tercer lugar nos dice que “cotufa” es: “Palomita de maíz”.
A
continuación, en cuarto lugar, hace mención de la locución verbal coloquial
“Pedir cotufas en el golfo” la que hace alusión a “Pedir cosas imposibles.
Lo expuesto
en párrafos anteriores elimina de un solo golpe una de nuestra más confiable
fuente, lo que nos obliga a recurrir a otros medios, y así encontramos que hay
varias versiones:
La más
conocida es la que nos dice que el maíz con el cual se elabora la cotufa venía
en sacos que tenían la inscripción, en inglés “Corn to fry” (Maíz para freír) que
al venezolanizarse dio origen a la palabra “cotufa”.
Otra
versión, menos conocida señala la palabra cotufa, como la venezolanización de la frase francesa “coup du affamé”, que se
puede traducir como “Pasapalo” (pero que significa literalmente “Golpe de los Hambrientos”).
Si se pronuncia rápidamente, suena sorprendentemente parecido a “Cotufa”
(Cu-du-fame).
Era creencia
de algunos pobladores americanos, antes de la llegada de Colón, que en el
interior de los granos de maíz moraban espíritus apacibles que se enfurecían
cuando el cereal se calentaba y escapaban en forma de una pequeña nube de vapor,
abandonando los granos, que por efecto del calor se inflaban, dando origen a
las cotufas.
Tomado del blog Padylla.com
Aunque en
España, generalmente, se le conoce con el nombre de palomitas de maíz, hay
algunas regiones donde, al producto del maíz reventón o palomero, se le llama
“Cotufa: En Tomelloso, municipio español, de la provincia de Ciudad Real,
Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. En Cuenca municipio español y
ciudad, capital de la provincia homónima en Castilla-La Mancha. En Santa Cruz
de Tenerife, capital de la provincia homónima de la isla de Tenerife y de
la comunidad autónoma de Canarias. En las islas occidentales
(Tenerife, La Gomera, La Palma y el Hierro).
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
“Ta’ barato, dame dos” es una paremia (probablemente en
desuso) que forma parte de los venezolanismos y signa el período comprendido
entre los años 1974 y 1979, época de bonanza petrolera, en la que el país
Suramericano se conoce como “la Venezuela Saudita” debido al boom petrolero, y en
la que los venezolanos de la clase media (y uno que otro de la clase
“popular”), que era,tradicionalmente,
consumista viajan frecuentemente por el mundo y en particular a Miami donde,
debido al favorable precio del dólar con relación al bolívar, al hacer sus
compras decían “Ta’ barato, dame dos”.
En octubre
de 1973 se lleva a cabo en Oriente medio la guerra del “Yon Kippur”, en la que
se ven involucrados Egipto, Jordania, Irak, Siria e Israel, la misma se produce
debido a la ocupación por parte de Israel, en la “Guerra de los seis días”
(05/06/1967 – 10/06/1967), de los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo
Jerusalén Oriental), la Franja de Gaza y la península del Sinaí.
La “Guerra
del “Yon Kippur” hace que el barril de crudo, cuyo precio era de 3,56 dólares
en el año 1973, suba en el año 1974 a 10,31 dólares, en 1976 a 11,30 dólares y
en 1978 a 12,80 dólares.
Discurre el año 1974, y en marzo comienza el primer período de
Carlos Andrés Pérez Rodríguez (*27/10/1922 +25/12/2010) en la presidencia de la república
(12/03/1974 – 12/03/1979) es en esa etapa
de 1974 a 1979con los precios del
barril de petróleo en franco ascenso (1974 a 10,31 dólares, 1976 a 11,30
dólares 1978 a 12,80 dólares) cuando a Venezuela se le llamó “la Venezuela
Saudita”, la era del “Ta’ barato dame dos”.
Para finales
de la década de los setenta (1.974 – 1979), primer período gubernamental del
Presidente Carlos Andrés Pérez, el Valor del bolívar con respecto al dólar fue
de 4,30 por dólar; con una bonanza en los precios del barril de petróleo que
osciló entre 12 y 32 dólares.
Un dólar barato a 4,30 bolívares nos
permitía comprar afuera a precio regalado, en consecuencia el venezolano exclamaba
“Ta’ barato, dame dos”, expresión que popularizó Damacia Lourdes Villegas
(*11/12/1920 +16/10/2016) cuyo nombre artístico era Martha Olivo, quien se hizo
famosa al interpretar al personaje de "Malula" el cual en sus presentaciones
en el programa humorístico “Radio Rochela” preguntaba los precios de los productos
en las tiendas de Miami, y a
continuación profería el genial “Ta’ barato, dame dos”.
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
No son pocas
las personas, que le atribuyen a la expresión “Echarle pichón”, una connotación
que la misma no posee, y sin conocer su origen suponen que es, por decir lo
menos, procaz, grosera, chabacana y hasta ordinaria, creyendo que hace
referencia al órgano genital masculino, relacionándola con otro dicho
venezolano, infiriendo (nada más errado), que el mismo está por demás cargado
de testosterona, me refiero al popular “echarle bolas”, que muchos piensan
alude a los testículos, lo cual, ya lo dije, es incorrecto.
La locución
“Echarle pichón”, para un venezolano, se refiere a esforzarse en la consecución
de un algo, en el logro de una meta, “Echarle pichón” es empeñarse sin cejar,
pero va más allá… Sí, “Echarle pichón” es esforzarse, es empeñarse, pero dicho esfuerzo, dicho empeño, debe
hacerse con entusiasmo, con energía.
En el siglo
XIX, Venezuela, como la mayoría de los países, no contaba con el servicio de
agua directo a las viviendas (ni en las ciudades y mucho menos en los pueblos),
por lo que el agua debía ser conseguida en fuentes públicas a las que se les conocían con el nombre de “pilas”, en
esas “pilas” había bombas manuales de manufactura inglesa, que trabajaban a
pistón con el uso de una palanca para extraer agua de pozos, lo que conllevaba
un esfuerzo físico.
Las
mencionadas bombas de manufactura inglesa tenían, o bien grabada o bien en una
placa, la indicación “Push on” que traducida al español significa “empuja”,
acción necesaria para obtener el líquido.
El esfuerzo
físico realizado sobre la palanca, sumado a las exhortaciones: “Échale pichón”
(alteración fonética de “Push on”) dio origen al venezolanismo “Echarle Pichón”
el cual, ya lo dije, es esforzarse, es empeñarse, pero dicho esfuerzo, dicho empeño, debe
hacerse con entusiasmo, con energía.
Como colofón y además dato curioso, vale
mencionar que el dos veces Presidente de
Venezuela (02/02/1994 – 02/02/1999 y 11/03/1969 – 12/03/
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.
Apotegma que significa acometer una tarea, poniendo en su realización, vehemencia, determinación
y coraje.
Es “normal”,
casi que habitual, vincular el venezolanismo “Echarle bolas” con expresiones
pedestres, y así vemos, tanto en las conversaciones corrientes como en las
redes sociales, que al hacer uso de la máxima que nos ocupa: “Echarle bolas”, y
comentar sobre ella, se da por descontado que la misma tiene un sentido vulgar
asociado a los testículos, y por lo tanto a una formidable carga de
testosterona… nada más lejano de la realidad, y es que en Venezuela, “Echarle
bolas” no es exclusivo del género masculino, (también, y mucho, la mayoría de las
veces más que los hombres) las mujeres
le “Echan bolas”, lo propio sucede con los homosexuales, que a pesar de no
tener una “abundante” (sarcasmo) carga de testosterona, suelen “Echarle bolas”.
Lo
expuesto en el parágrafo anterior nos obliga a buscar otro significado al muy venezolano
“Echarle bolas”, sin que el tal “nuevo significado” resulte óbice al concepto
vinculado con los testículos y la testosteronas; y lo encontramos (al menos así
lo parece) en
una revista del Círculo Musical del año 1967 en la que aparece un artículo,
dedicado a Caracas al cumplir cuatrocientos años de fundada.
Según nos informa la mencionada revista “Echarle
bola” se remonta a los años 40 y 50 épocas en la que la Caracas pueblerina
comenzó a “asomarse” al mundo convirtiéndose en una ciudad nueva, moderna, lo
que trajo como consecuencia la demolición de casas y edificios, demolición esta
que se llevaba a cabo con una grúa de la que pendía una inmensa y pesada bola
de hierro.
Como suele suceder, en el mundo entero,
presenciar algo tan impactante como la demolición de una construcción produce
en el que la contempla una gran atracción, y más si tal demolición se lleva a
cabo con la espectacularidad que produce una pesada bola de hierro golpeando a
una indefensa construcción, lo que congregaba a muchos espectadores, que al
presenciar la obstinación de la “indefensa construcción” a permanecer en pie
tras cada golpe, alentaban a los trabajadores vociferando “Echale bola”.
¿Te gustó este artículo (“post”)?... demuéstralo dejando tus comentarios en el espacio destinado para tal fin al final del mismo… y compártelo en tus redes sociales, ayúdame a difundir esa parte de la cultura del pueblo venezolano.
¿No te gustó?... igual deja tu comentario, te aseguro que no habrá censura de ningún tipo.